En REINIKE S.A. somos conscientes de que la confiabilidad en el funcionamiento de los equipos es fundamental para garantizar el éxito de los diferentes proyectos. Por este motivo, sabemos que el proceso de aseguramiento de calidad va más allá de la fabricación.
Es así como las Pruebas FAT (Factory Acceptance Test) y SAT (Site Acceptance Test) cumplen un rol fundamental a la hora de verificar y validar el rendimiento de los equipos en condiciones controladas y reales, respectivamente. ¿En qué consisten estas pruebas?
Las Pruebas FAT y SAT constituyen una parte esencial de toda ejecución de proyectos industriales y su respectiva instalación. Si bien ambas pruebas tienen por finalidad asegurar que los equipos funcionen de manera correcta, estas se realizan en etapas diferentes y se encargan de distintos aspectos del rendimiento:
- Pruebas FAT: estas las realizamos en nuestras instalaciones antes de que el equipo sea enviado al cliente. Durante la FAT, verificamos que los sistemas mecánicos, hidráulicos y eléctricos operen según sus especificaciones de diseño y bajo condiciones controladas.
En esta etapa, en REINIKE S.A. utilizamos herramientas e instrumentos de medición calibrados y certificados, y seguimos estrictamente normas de fabricación nacionales e internacionales. La FAT incluye un registro documental y audiovisual, proporcionando un respaldo detallado sobre el estado y el rendimiento del equipo antes de su entrega.
- Pruebas SAT: una vez que el equipo ha sido instalado, la SAT asegura que este funcione correctamente en su entorno operativo permanente. Los técnicos especialistas de REINIKE S.A. supervisan la prueba en el lugar, verificando que todos los sistemas operen de manera óptima en condiciones reales. Al igual que en la FAT, se utilizan herramientas certificadas, se siguen normas internacionales y se documenta todo el proceso.
Beneficios de las Pruebas FAT y SAT
- Detección temprana de problemas: las Pruebas FAT permiten identificar y solucionar los problemas en un entorno controlado, minimizando los riesgos de fallas en los sitios de instalación; mientras que las Pruebas SAT verifican el desempeño del equipo en las condiciones reales de operación, asegurando que cualquier problema relacionado con la instalación o el entorno específico del cliente sea detectado y corregido.
- Reducción de costos y retrasos: las pruebas FAT permiten resolver problemas antes del envío, evitando retrasos asociados con la intervención en el sitio y, por su parte, las Pruebas SAT se encargan de solucionar los problemas en terreno. Por tanto, en REINIKE S.A. siempre realizamos ambas pruebas en conjunto con el fin de evitar todo tipo de retrasos adicionales en los diversos proyectos.
- Confirmación de cumplimiento: las Pruebas FAT son las encargadas de asegurar que los equipos cumplan con las especificaciones técnicas adecuadas para un determinado entorno; mientras que las Pruebas SAT confirman que el equipo cumple con los requisitos operativos específicos del cliente, proporcionando así una doble garantía de calidad.
- Mejora de la satisfacción del cliente: completar ambas pruebas ofrece una mayor confianza al cliente en la funcionalidad y fiabilidad del equipo. La validación en el sitio asegura que el equipo funcione como se espera en el entorno operativo final, mejorando el resultado final con el cliente.
- Documentación completa: las Pruebas FAT generan documentación detallada sobre la funcionalidad del equipo en condiciones ideales de fábrica, lo que sirve de referencia para la evaluación de la calidad. Por su parte, las Pruebas SAT proporcionan datos sobre el rendimiento del equipo en el entorno real, lo cual es valioso para futuros mantenimientos, actualizaciones y para asegurar que las especificaciones del cliente se cumplen completamente.
Es así como al efectuar tanto las Pruebas FAT como SAT, en REINIKE S.A. brindamos una capa adicional de seguridad y garantía a nuestros clientes. Esto no solo nos permite reducir los costos y riesgos de retrasos y fallas, sino que también mejora la satisfacción del cliente al garantizar que los equipos no solo cumplen con las especificaciones y requerimientos técnicos, sino que también que están listos para operar de manera óptima en su entorno final.